9 de junio de 2010

El tiñoso

Estoy bloqueada, obstinadamente cerrada. Tengo la sensación de que mis ideas se han encorsetado, viven en la verticalidad, herméticamente ocultas, oprimidas. Y lo más duro de la situación es que no permito, ni quiero, que salgan de mí, que me evadan de mí misma....
Cada vez me afianzo más en la idea de que nuestros peores enemigos viajan con nosotros, se nos han subido a la chepa, como ese viejo tiñoso y maltrecho que alguien se encontró en el camino y le ayudó a enderezarse y a que se subiera a su espalda para que avanzara. Entonces el tiñoso renació de su propia miseria, se irguió a lomos del pobre hombre, apretó sus rodillas contra la doblada espalda de su salvador y comenzó a azuzarlo para que corriera.
Nuestra mente, a veces, se empeña en ser como ese viejo miserable: nos azuza, nos impele, nos masacra, nos hace despreciables, nos impide hasta de limpiar nuestra conciencia, dura y cruel como el tiñoso.
Hoy he estado viendo la vida de Gala, la famosa musa de Dalí, la musa universal, la única musa del siglo XX. Gala sólo fue musa. Se conformó con muy poco. Hoy, las mujeres no quieren ser musas de nadie, quieren ser ellas. Sólo quieren ser ellas, sin que las encorseten, sin que las rieguen cada día para estar bellas y lozanas. Las mujeres hoy quieren conquistar el mundo como ellas fueron conquistadas a lo largo de la historia. Las mujeres hoy, quieren todavía algo más: quieren que las dejen vivir, quieren libertad, quieren desprenderse hasta de sí mismas: su peor enemigo.

2 comentarios:

  1. No hay recetas, no hay consejos , no hay terapias, ni basta con respirar profundamente para exhalar la legión de enemigos que deambulan y corroen nuestro ser. Un paisaje, un jardín, un libro apropiado, un reencuentro añorado, una sonrisa al pasar, una brisa aromática o una lluvia intempestiva quizás puedan apaciguarlos, pero derrotarlos jamás. Transcribirlos, analizarlos, mantenerlos a raya, sometidos en la medida de las posibilidades suele ser efectivo, porque se debilitan cuando son escrutados. No son patrimonio femenino, aunque ciertamente deben existir muchos enemigos propiamente femeninos cuyo conocimiento me está vedado.
    Y sin embargo, pese a todo el dolor intermitente que nos provocan, al cúmulo de contradicciones que destiñen cada uno de nuestros senderos, sabemos que las mejores obras artísticas de la humanidad han visto la luz gracias a ellos y al talento aguerrido del combatiente.

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  2. Qué gran razón amigo Jorge. Gracias a ese dolor intermitente, a la Humanidad le ha salido competencia: el ARTE.

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