23 de enero de 2012

FITUR DÍA A DÍA

Aunque no lo había programado, nada más llegar al recinto ferial Juan Carlos I para asistir a la gran feria turística, FITUR, me topo con los Príncipes de Asturias, Letizia y Felipe. Una nube de guardaespaldas y fotógrafos se abalanzaron en torno a ellos para protegerlos. Tuve tiempo, no obstante, de verlos. Letizia, delgadísima, pálida y con una expresión que nada se parecía a la Letizia de sus tiempos televisivos. Sus nuevos rasgos se parecen bastante a tantos otros que vemos por ahí, inexpresivos y despersonalizados gracias al inefable bisturí y a los no menos inefables botox. Todos se parecen a todos para que al mirarse al espejo no se se sepa si se reconoce a sí mismo o a la Qataresa de Qatar. Salvando las distancias, claro.
El Palacio de Cibeles reunía a casi todos los alcaldes de las ciudades por donde pasa el AVE para presentar AVEEXPERIENCIE. Faltó Ana Botella que había acudido al entierro de Fraga. Tampoco estaba Rita Barberá. El alcalde de Valladolid, el de Sevilla y otros, hablaron del AVE, envidia del mundo entero. Allí estaban para decir a los presentes que estas ciudades privilegiadas no van a entrar en competencia, muy al contrario, se complementan para unir esfuerzos y para seguir disfrutando. Son 18 en total las que pueden presumir y presumen de la Alta Velocidad. Pronto Zamora, una más. Esperamos.
El Círculo de Bellas Artes reunió a un millar de personas para presentar la ciudad de Córdoba. Un vídeo bellísimo que descubre la ciudad cordobesa cuyos atractivos no dejaron a nadie indiferente. La ministra de Trabajo, junto al Alcalde de Córdoba animaron al personal para que viajaran a la ciudad de Julio Romero de Torres y para que se pierdan entre el bosque de columnas moriscas de la Mezquita. Un cuadro flamenco, bailaoras y bailaores, nos dejaron apabullados con su arte. Se escapaban los pies y las manos palmeaban casi sin querer.
Visitas a los stands de Colombia, Grecia, México, India, Tibet, República Dominicana. Los amigos de siempre, la gente de siempre. Menos que otros años. Alguien dice a mi lado que hay menos gente guapa, menos glamurosa. La crisis no da para modelitos de relumbrón.
En el stand de Egipto, el Ministro de Turismo nos dijo que se puede viajar al país de las Pirámides sin problema. Egipto es muy grande y el Nilo discurre por los diferentes templos sin que los revoltosos hagan de las suyas. Sólo la plaza de Tahir, muy controlada ya, es la más preocupante. Podemos viajar a Egipto para descender a la Pirámide de Keops y sentir esa fuerza telúrica que algunos han notado.
En FITUR se viaja por el mundo, se degustan platos exóticos y vinos exquisitos. Se conversa con personas diferentes, se contemplan danzas de bantúes, de indios guaraníes o una llamativa brasileña con un hermoso cesto de frutas en la cabeza te coloca una cintita en la muñeca para que te de suerte. La gente atiborra sus bolsas de folletos, de bolígrafos, de carpetas, de fetiches, de insiginias y de globos o banderitas.
El sol, reluciente, permitía salir al exterior para fumar o tomar un café o un refresco mientras los participantes charlan, se saludan y hablan por teléfono. Yo perdí el mío sin saber cómo. Llamé varias veces desde uno prestado y sonaba y sonaba y sonaba. Al final tuve que darlo de baja.
Se notaba menos afluencia de gente por los pabellones nacionales. Asia y África están de moda. Los destinos exóticos donde la Naturaleza todavía es dueña de las vidas de sus moradores tienen mucho atractivo para el turismo. Estamos un poco cansados de las ciudades modernas diseñadas para que circulen los automóviles y donde el trino de las aves y el rumor del viento sobre los árboles ni siquiera se muestran.
Yo rematé mi paso por Madrid en el Teatro Real. Iolanta y Perséphone, dos representaciones en una sola función me descubrió la última ópera de Chaikovski. Perséphone, de Stravinski, puesta en escena por Peter Sellars, corre a cargo del talento de Teodor Currentzis que nació en Atenas, como la propia Perséphone. El espectáculo, estreno mundial, viajará a Valencia y al Bolshoi. El marco que ofrece el Real, los actores, la puesta en escena, la música, los coros y la luz cambiante que llenaba el escenario hicieron que el público se entregara agradecido.
No hubo tiempo para visitar el pabellón de Castilla y León. Será para otro año.

1 comentario:

  1. El sol invernal no comulga con el glamour. Suena divertido eso que afirmas de que la gente hoy parece más fea que antes.
    La misma sociedad, el mismo juego de plumas. Cada uno buscando ser feliz a su manera.

    Un abrazo mi querida amiga.

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