24 de mayo de 2011

Elecciones

Algunos, dicen, no se han llevado ninguna sorpresa tras el arrollador triunfo del Partito Popular. Confieso que yo sí me he llevado una sorpresa pues aún sabiendo que iban a ganar -lo decían todas las encuestas- nunca creí que fuera por goleada. Han arrasado, les han votado los de siempre, muchos indecisos y otros tantos rebotados del PSOE. Y eso ha sido muy decepcionante pues las expectativas que se abrían tras las concentraciones de esos miles de jóvenes en Sol, en otros puntos de España y el apoyo internacional, nos hacían pensar en que los resultados iban a ser otros muy distintos: mucha más abstención y mucho más éxito para los partidos minoritarios. Los resultados nos dicen que a los españoles, aunque se las den en los dos carrillos, siguen aguantando, prefieren lo de siempre a arriesgar, que, en definitiva y a la larga, me barrunto, harian cambiar las cosas: desaparecería la corrupción, se modificaría la ley electoral, y se erradicarían los privilegios de la clase política, desmesurados y escandalosos. En consecuencia, esos españoles hastiados, aburridos, sin trabajo y sin expectativas de futuro podrian aspirar a una situación digna, a una situación que, por derecho constitucional, les corresponde.
Me encontraba en Madrid el día anterior a la cita electoral. Me encontraba en la Puerta del Sol. Cientos de personas abarrotaban el sitio en medio de un ambiente festivo y lleno de ilusión. Los carteles con miles de frases demandando trabajo, demandando unos derechos que sus gobernantes no han sido capaces de llevarles. La emoción era grande y contagiosa.
Tras el triunfo del PP, sus dirigentes, en medio de la marea del triunfo, un triunfo no ganado sino por el fracaso del PSOE, lo primero que manifiestan es su deseo de acceder a la Moncloa. Esa es su primera prioridad. A muchos nos hubiera gustado que las primeras palabras hubieran sido para esos jóvenes de la Puerta del Sol y para todos los que llenan las plazas de España, pero no. ni un mensaje en ese sentido. El PP ha conseguido extender las redes del amiguismo haciendo que en cada pueblo, en cada municipio, en cada institución pública se encuentren esos votantes fieles que se venden por el puesto de trabajo que le han conseguido. Esa es su principal ambición. Cuantos más amiguetes coloquen en cada legislatura mayores y mejores resultados. Esa es la cuestión.

1 comentario:

  1. En épocas de crisis, de incertidumbre, de pobreza material y espiritual, las personas más temerosas compran el pasaje que va hacia la derecha.
    En poco tiempo más pasará lo inverso. Las personas comunes van de desilusión en desilusión, tratadas apenas como ovejas con dígitos.
    Pero sé que viviré para ver incendiado el perverso orden actual del mundo. Ya hay focos humeantes difíciles de apagar.

    Un fuerte abrazo mi querida Concha.

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