12 de diciembre de 2010

La Nietísima


Hoy nos visita Maria del Carmen Martínez Bordiú, la Nietísima. La primera de los nietos de Franco. Ha sido invitada, ella y su marido, por un complejo hotelero recientemente inaugurado, de lujo, cinco estrellas, el único de esa categoría en la provincia, donde tiene todo lo necesario para que sus clientes disfruten del lujo y del confort. La empresa, con buen criterio, ha pensado en Carmencita para que haga publicidad en Madrid y, de paso, en toda España. Carmencita vende mucho, aparece constantemente en cadenas de televisión, en prensa escrita y en las revistas de colorines. Y claro, si habla del complejo hotelero zamorano donde ha sido invitada tan generosamente para que disfrute de sus excelencias, los habrá que decidan venir a visitarnos y conocer esta ciudad, bellísima, sin duda, histórica y monumental y con grandes atractivos, tantas veces desconocidos por el gran público.

A mí, Carmencita me cae muy bien pues es una mujer liberal que hace su vida sin que le importe un pito lo que piensen de ella. Tiene una historia, mitad maravillosa, mitad dramática, pero que ella sabe cómo disfrutarla. Desde que yo era niña, Carmencita y sus hermanos ocupaban gran parte de mis fantasías porque no ignoraba de sus correrías por el Pardo, de sus cacerías y de sus fiestas y yo, de pequeña, quería ser princesa para vivir esas vidas palaciegas de las gentes de alcurnia. Solía soñar con ella y me veía yo también, una más, en esos lugares vetados para el pueblo liso y llano.

Hoy, regresaba de mi habitual paseo y me topé con un montón de gente donde distinguí a la alcadesa de Zamora y a algunos de sus acompañantes del Ayuntamiento. Estaban parados conversando con varias personas camino de la Catedral. Pasé junto a ellos a toda velocidad pues tiendo a escurrir el bulto cuando me encuentro con políticos. Un rechazo innato me hace volver la cara y pasar de largo. Me encontré con una conocida que me dijo : ¿no has visto a la nieta de Franco? Pues no, le dije. Viene con la Alcaldesa para ver la Catedral. Vaya por Dios. Pues no. No he reparado en el grupito. Qué lástima.

Mañana, en la prensa local, contarán la noticia. Yo no podré enterarme pues esta misma tarde viajo a Madrid, camino de Bruselas.

Carmencita, al contrario que sus hermanos, de los que nada se sabe de ellos, tal vez por discreción o por no oir insultos -el parentesco con el Dictador tiene estas cosas- se exhibe sin nungún pudor y afronta con naturalidad que le hablen de su abuelo, que le pregunten mil sandeces y que intenten humillarla. Ella, como dice siempre: "Vivo mi vida y dejo vivirla a los demás. "Pues eso.

1 comentario:

  1. Una personalidad libre y descollante la de María de Carmen. Recuerdo haberla visto en más de alguna revista española del corazón. Se necesita una fuerte personalidad para soportar el escarnio público. Algo parecido es con lo que ha debido bregar Alessandra Mussolini en Italia o las hijas y nietos de Pinochet por estos lados. Paradógicamente, y pese al azote que justamente les ha dado la historia a sus padres o abuelos, cuentan con millares de simpatizantes y seguidores en todos lados.

    La frase de Carmen la hice mía desde que era adolescente. "Vive y deja vivir".
    Un excelente relato, querida Concha. Que tengas un buen viaje.

    Muchos abrazos.

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