22 de diciembre de 2010

Felices Fiestas

Apenas unas horas para la cena de Nochebuena. Tengo motivos para estar contenta y tranquila y no lo estoy. Me siento agresiva y confusa, con una susceptibilidad desmesurada que hace que todo me siente mal. La vida podríamos hacerla fácil y la complicamos a cada instante. O nos la complican. Ayer estuve en el I Encuentro de literartos de mi pueblo, Muelas del Pan. Nos habían citado a varias personas a las que gusta escribir. Cada cual se dedica a otras cosas pues ganarse la vida con la literatura no es fácil para la mayoría. Había, un historiador, un médico, un estudioso de la alferería de su pueblo, un sacerdote interesado en los incunables, un poeta al que le han concedido recientemente el Premio Internacional San Juan de la Cruz, un médico que se dedica a la investigacion de no recuerdo qué y yo misma que me dedico a mil cosas y me disperso más allá de lo aconsejable. Allí la moderadora que nos lanzó varias preguntas a las que respondíamos cada uno. Preguntas a las que debíamos responder cada uno de los ponenentes y que hizo que el acto se prolongara mucho más allá de lo previsto. En cualquier caso tengo que decir que como estaba en mi pueblo yo me sentí agusto. Sentado entre el público el alcalde, el secretario y gente del pueblo. Yo acudí acompañada de dos amigas. El pueblo a veinte kilómetros de Zamora. Un pueblo fantasma a esas horas de la tarde. Ni el tañido de la campana ni el ladrido de perro alguno nos anunciaba que había vida. Mi pueblo es una localidad privilegiada a la que se ha dotado de importantes infraestructuras que no tienen que envidiar a ninguna de cualquier moderna ciudad. El dinero, aparentemente, ha sido bien empleado.
Tras el acto, nos obsequiaron con un ágape que sin ser suculento estuvo muy bien y muy ricas las cosas que se esparcían por la mesa. Vinos blanco y tinto y casero, de aquél que hacían mis abuelos de las uvas de las viñas. Tiene un sabor muy especial este vino y a mí me recordó a mi infancia. Mi pueblo siempre me recuerda a mi infancia, me recuerda mis despertares a la vida y la imaginación. Mi pueblo fue el primer testigo de mis inicios con la literatura. Mi padre tenía una biblioteca no grande pero sí muy selecta, de la que me nutría cada día y de la que pronto produjo en mì mis deseos de escribir. Cuántas veces recorría el campo pétreo donde salían a mi encuentro peñas de las más inverosímiles formas. Aquellas rocas me hablaban y yo les contestaba. Me incitaban y provocaban mis deseos de ser escritora. Yo quería ser escritora y princesa al mismo tiempo. Me siento un poco inquieta por pequeñas tonterías. Tal vez no debería darles importancia. Mi hermano me pide que vaya a la hemeroteca del periódico para rescatar la esquela del fallecimiento de mi padre porque dice que colocamos su nombre en un lugar indebido. Fui a la hemeroteca y saqué la esquela. Los dolidos están perfectamente en su sitio. Mi madre, yo, mi siguiente hermana, él (mi hermano), y mis otras dos hermanas. Es decir de mayor a menor. Después los yernos y las nueras y a continuación las hermanos de mi padre e incluso mi abuela que todavía vivía. Me duele que mi hermano quiera polemizar por esa tontería. He escaneado la esquela y se la enviado vía email a Cáceres donde vive. Imagino que rectifique y se le vayan las neuras y el enfado de la cabeza.
Ayer en el acto literario me permití decir que los premios están todos amañados y a mi compañero de sitio no le gustó porque acababa de recibir uno. Y todos sabemos que los premios están dados y amañados. Tal vez no tenía que haber dicho nada. Después me arrepentí. Me paso la vida arrepintiéndome de cosas que digo. Entre otras lindezas que salieron de mi boca dije también a una de las preguntas de la coordinadora que el escritor o intelectual y la política son incompatibles porque a los intelectuales les gusta pensar por sí mismo sin que se les dicte.
En fin. Hoy no es mi día precisamente. Mañana será otro. Viene mi hija y mi hermana Toya con la suya. Y mi sobrino hijo de mi otra hermana. Nos reuniremos en casa de mi hermana. Hemos cambiado de idea. Esperemos que no se masque la tragedia cuando las conversaciones fluyan y fluyan los recuerdos y fluyan aquellas miserias que todos guardamos y esperamos como el lobo espera a su presa, a atacar.
En fin. Os deseo a todos lo que paséis por aquí unas muy felices fiestas navideñas.

3 comentarios:

  1. La susceptibilidad prenavideña parece ser generalizada querida Concha. Los motivos suelen abundar. No obstante tu calidad narrativa nunca decae y es una delicia leer sobre cada uno de tus pasos, aunque a veces estos conlleven sinsabores e ingratitudes. De seguro el diálogo con las rocas debió ser una maravilla poética y tu deseo de ser princesa está más que cumplido, porque quien sino una auténtica princesa de la escritura podría escribir como tú lo haces.

    Desde ya te envío un cariñoso abrazo navideño mi querida amiga. El 24 en la noche brindaré en tu honor con un vino tinto, por una larga, saludable, alegre y creativa vida para tí.

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  2. Muchas gracias Concha, como ves, he estado indagando hasta encontrar el blog que me comentaste el día del Encuentro, ya veo que te surgieron varis ideas en la cabeza a raiz de esa jornada para el fomento de la lectura.

    Una jornada en la que se cumplieron todos los objetivos que me había propuesto, pues en un principio creí que no llegaríamos a ese punto culminante en el que la sesión se puso más interesante, cuando vi que cada uno de vosotros aportabais vuestro granito de arena, eso era lo que quería yo personalmente, que a pesar de ser la moderadora y realizaros una serie de preguntas, que resurgiera entre vosotros esa alma que expresa lo que siente en cada momento, es decir, que quería que al fin y al cabo vosotros fuerais los verdaderos protagonistas de este encuentro y los que de algún modo establecierais ese hilo conductor natural y fantástico que se encuentra oculto en el mundo de la literaruta y como no de las letras recogidas en cada uno de vuestros libros, poemas, historias...

    De verdad, yo también coincido contigo en que me sentí como si no estuviera allí, en ese lugar en el que estábamnos observados por tantas miradas ocultas en la oscuridad, y la pena o el mal sabor de boca que me llevé, es que tal vez no dejé el tiempo suficiente para que ese ansiado público resolviera sus dudas respecto a la temática central del encuentro.

    Pero creo fervientemente, que fue un ÉXITO, porque aquellos que estaban presentes se merecen todo al igual que aquellos que por una circunstancia u otra no pudieron asistir, pero yo también espero que podamos contar con un segundo encuentro.

    Muchas gracias Concha, y te deseo FELICES FIESTAS.

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  3. Es cierto que fiebre navideña estresa a la gran mayoría, es muy fácil herir suceptibilidades, pero las cosas siempre pasan del modo que tienen que pasan.

    Sea como sea, mis mejores deseos.

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